Vivo en Málaga. Soy un periodista, un escritor, un flâneur.

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Final de Lost III. Explicación definitiva.

Esta es la última entrada que dedico a resolver dudas sobre la serie. Este fin de semana tengo previsto escribir algo más sobre Lost, pero no voy a hablar más de teorías, aunque quiero que sea emotivo y sincero en agradecimiento a la semana intensa que me habeis hecho vivir. Gracias, una vez más. Durante los últimos días vuestros comentarios han sido muy intereantes y os agradezco que entre todos hayamos llegado a puntos en común. Precisamente, muchas […]

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RELATOS »

Otro cuento de Navidad

Otro cuento de Navidad

La Navidad agriaba su carácter. Las emociones que propiciaban tal circunstancia eran tan antiguas como la consciencia que tenía de sí mismo. Aunque los motivos eran evidentes para los que conocían su biografía, él no entendía cómo los demás no compartían su desprecio por los abetos coronados por estrellas o los muestrarios de belenes. La Navidad lo encerraba en su coraza y le convertía en una persona silenciosa. Su pareja había aprendido a comprenderlo con los años. A volverse también silenciosa en Navidad. Tal sacrificio la llevó a cantar villancicos lejos de él. El homicidio de la Navidad...

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Historia de un relato de verano

Historia de un relato de verano

Descubrió que podía escribir. Aunque confundiera las uves con las bes o las ubes con las ves, o no tildara bien las palábras, sólo necesitaba un lápiz y un papel para poder escribir. Y así hizo. Al poco de empezar también descubrió que escribir le hacía sentirse como una diosa. Con unos trazos sobre el papel podía crear. Crear vidas simples y complejas. Crear historias de misterio. Crear personas que fueran héroes o villanos. Y también podía destruir vidas, misterios y personas con una sola frase. Escribir le hacía poderosa. Escribiendo podía matar al vecino ruidoso sin que la policía...

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Lo más oscuro del infierno

Hoy es el día más importante de tu vida. Es curioso como a veces se te olvida que lo más importante de la vida es la muerte. A mí no, yo lo aprendí el 31 de octubre de 1996, en la fiesta de mi quince cumpleaños. Aquella mañana Linares se había despertado barrida por un cálido y denso viento, como si una bocanada del mismísimo diablo quisiera robarle el alma a los moradores de la ciudad. Todo empezó en el día en que celebrábamos en familia mi quince cumpleaños.

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CUENTOGRAFÍAS »

Ooooommm

Ooooommm

Este niño que hace como que medita, fantasea con que es un madurito/resultón/sexi y a veces habla de sí mismo en tercera persona -por tensión narrativa- cumple 42 años en un mes exacto. Ni demasiado joven para su desgracia ni demasiado mayor para no haber aprendido un...

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ALMAS ROTAS

ALMAS ROTAS

Inocentes encerrados. Ansias de libertad que se estrellan contra jaulas transparentes. ¡Cuánto futuro en la esquina inferior izquierda de la fotografía! ¡Cuánta vida malgastada en la parte superior! Me pregunto si el niño que sujeta el juguete contra el cristal...

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La amargura

La amargura

He aquí una oportunidad inigualable para un profesor cualquiera de bellas artes. O de sociología. Una propuesta única para discernir entre lo que a uno le quieren hacer ver y lo que uno realmente acaba viendo, tal vez sin darse cuenta de lo que ve. Lo que me indica...

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El instante

El instante

Hay imágenes en las que el elemento protagonista actúa como un agujero negro que absorbe todo a su alrededor. Observen si no la fotografía que acompaña a este texto. En ella vemos a un padre y a un hijo que cruzaron la frontera de Estados Unidos en busca de una vida...

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Nichos de mercado

Nichos de mercado

De esta imagen sacamos dos conclusiones. La primera es que si bien es verdad aquello de que la vida es el alimento de la muerte, no es menos verdad que también ocurre al contrario. Miren si no –con cuidado y respeto– a través del cristal del nicho mortuorio y...

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Aparcados

Aparcados

No se equivoque. La imagen que acompaña a este texto no está tomada en un campo de refugiados cualquiera de la frontera de Turquía, que es donde Europa esconde sus vergüenzas. Bien podría ser, pero no. La fotografía se tomó en San Diego, una de las ciudades más...

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COLUMNAS DE OPNIÓN »

¡Por tu culpa!

Eres rojo. Así que te habrán dicho que la culpa de todo es tuya. O a lo mejor te han señalado como causante de todos los males porque eres facha. Normal. O no. Porque igual te importa un carajo todo y ni votas; y estás en lo que la cool tertuliano-política llama desideologización. Menudo palabro. Así que no te preocupes. Para alimentar tu complejo de culpa te habrán dicho que esa posición conlleva, en realidad –y aunque tú no lo sepas, iluso–, una enorme carga ideológica. En ese caso, dependiendo de qué elemento viviente tengas enfrente, serás facha o rojo, a conveniencia. Da igual, realmente. Lo importante es que también acabes siendo el responsable de todos los males. Es curioso cómo evolucionan algunas sinonimias: uno puede decir hoy males, como puede decir complejos, frustraciones o anhelos inalcanzados de quien acusa. Si en un habilidoso truco de malabarismo social, o incluso en un milagro obrado por lo que creas que es Dios, lograses no entablar relaciones con otros humanos, no...

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La importancia del enroque

El tiempo y el cariño es el precio más alto que se cobra la muerte. Piensa bien tu próximo movimiento sobre el tablero, podría darle ventaja. En ‘El séptimo sello’, de Ingmar Bergman, mientras una epidemia de peste amenaza a los personajes, la muerte concede al caballero de las cruzadas Antonius Block una prórroga en la que ambos juegan una singular partida de ajedrez. Durante su conversación con la parca, Block llega a una lúcida y triste conclusión: «He gastado mi vida en diversiones, viajes, charlas sin sentido. Mi vida ha sido un continuo absurdo. Creo que me arrepiento. ¡Fui un necio! En esta hora siento amargura por el tiempo perdido, aunque sé que la vida de casi todos los hombres corre por los mismos cauces. Por eso quiero emplear esa prórroga en una acción única que me de la paz». La muerte responde y revela a Block su propia trampa: «Es por lo que juegas al ajedrez con la muerte…». La partida que Block creía que acababa de comenzar había empezado mucho antes. Siempre...

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El vencecanguelos

Aquel día yo seguía siendo un niño bueno, como cualquiera que tuviera la edad para cursar 3º de EGB. Sin embargo, alguna trastada inocente tuve que hacer para que la seño Anamari me expulsara de clase y me mandara castigado a la biblioteca. Había algunos profesores que siempre nos amenazaban con eso. “Como sigas así te mando a la biblioteca”, decían. Así, en el imaginario colectivo de mi clase, todos pensábamos que ir a la biblioteca era como adentrarse en el averno. Salí de clase como quien se dirige al patíbulo y, mientras atravesaba filas de pupitres, sentí en mi nuca las miradas inquietas de Jacobo, Pablo, Ana, Raúl, y el resto de amigos de curso que, quién sabe, imaginaban que jamás volverían a verme. Incluso mi primo Monty, que siempre se sentaba el último, me dijo entre dientes “huye”. Pero, ¿a dónde iba a ir? Tenía que afrontar mi incierto destino. Abrí la puerta de la biblioteca con ganas de llorar y me senté en una de las grandes mesas a la espera de que un verdugo entrara...

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Exiliados de extrarradio

En las hamacas de la playa ya nadie lee a Fernán Caballero. Guillermo avanza con dificultad entre los flotadores, las colchonetas hinchables y los grupos de británicos que, sentados con cervezas y torsos desnudos en las escaleras, inundan el portal de su bloque, antes un reconocido edificio del centro de Málaga convertido hoy en una especie de improvisado albergue, alfombrado de arena y salitre, para turistas. Allí no quedó hueco para Emilia, una joven profesora de primaria en un colegio de la capital, que recorre cada día los 30 kilómetros que separan Pizarra de su puesto de trabajo porque se negó a pagar 600 euros por un apartamento de un dormitorio y 40 metros cuadrados con vistas hacia adentro. El ruido de las trolleys sobre el empedrado del casco antiguo desconcentra a Teresa que, sentada en la terraza de una cafetería, se desayuna con el periódico del día. Está a punto de leer que hay ciudades que sólo tienen vistas hacia afuera. Es donde está el oro del extranjero. A falta del...

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Andaluz, en serio

Soy andaluz (como Séneca, como Picasso, como María Pineda) y me gusta la playa, disfrutar del sol, de la calle y del chiringuito. Aunque entiendo que te resulte gracioso mi acento, a veces hablo en broma y a veces te hablo en serio. Soy andaluz (como María Zambrano, como Antonio Muñoz Molina, como Trajano), de un tierra labrada por los que la sudan cada día para regalar a la vista mares de olivos, campos de trigo, hileras de viñedos; y donde también florece la cultura en teatros, auditorios, conservatorios y en más de once universidades llenas de alumnos, catedráticos y doctores. La mayoría muy buenas; algunas excelentes, como la Universidad de Granada que ocupa el tercer lugar de las mejores de España en el Shanghai ranking. Soy andaluz (como Lola Flores, como Bécquer, como Federico Garcia Lorca) y cuando surge una fiesta nunca falta una guitarra, pero cuando no surge tengo en casa una biblioteca para elegir entre Gabriel García Márquez, Conrad, Cervantes, Dickens, Kapuscinsky,...

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La posverdad tiró el jarrón

La posverdad es una mentira; una rotunda falacia que se alimenta de la duda. Que en 2016 se convirtiera en la palabra del año de la clase política generalista dice mucho y nada bueno. Sin embargo, no es en este caso el significante el que otorga existencia al significado. Tengo un primo en Extremadura, por ejemplo, que llevaba abotonando su camisa hasta la nuez, en continuidad con su larga barba, un lustro antes de que sus amigos le empezaran a llamar hipster. De igual manera, la posverdad ya existía cuando los padres llegaban a casa y el jarrón se había “roto sólo”. Nadie más que el niño se encontraba allí cuando la pelota lo derribaba y se hacía añicos contra el suelo. Mi posverdad, por tanto, no es más que una mentira cualquiera de la que sólo yo puedo estar seguro. Lyndon Johnson fue un candidato al Congreso de los Estados Unidos que, en plena carrera electoral, le pidió a su asesor de campaña que hiciera correr el bulo de que su principal adversario fornicaba con cerdos. Su...

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