Soy escritor y periodista, vivo en Málaga y esta es mi página web.

No sé por qué motivo has llegado hasta aquí ni si lo que escribo debería interesarte, pero si es así… ¡ensucia lo que quieras!

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RELATOS »

La trampa

La trampa

Esta mañana escribí un relato de ciencia ficción. Para ello creé un personaje al que llamé Charlotte, que es astronauta. El relato termina cuando Charlotte queda enjaulada en un bucle temporal infinito de medio segundo. Para mis intereses, es decir, los del escritor, el cruel destino de Charlotte era realmente efectivo. Así que, satisfecho, apagué el ordenador y seguí con mis quehaceres diarios. Hace un rato me fui a la cama y me acordé de Charlotte. Cuando creas a un personaje, le pones cabeza, tronco y extremidades, de la misma manera que lo dotas de unos rasgos físicos y psicológicos....

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2048. Un relato de terror.

2048. Un relato de terror.

Covid-19. Le pusimos nombre de leche. Y no la vimos llegar. Dejamos de leer a Dickens y llegó el peor de los tiempos. Malos años para la honradez, los mejores para los malvados. Lo advirtió el ladrillo que explotó en las narices de los ambiciosos pero sólo acabó con las aspiraciones del hombre pobre. Entonces era posible la convivencia de un feminismo exacerbado y la de un machismo facha que había sustituido el olor a naftalina por el de coche nuevo en el imaginario de una juventud hedonista. Nos lo permitíamos todo y no permitíamos nada. La moral dividía al mundo y a ella misma en dos: la...

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Un crimen y otros milagros navideños

Un crimen y otros milagros navideños

Sería la última vez que los seis comensales disfrutasen de su tradicional encuentro nocturno. Por obra de un macabro plan, el anfitrión y la anfitriona, la hija, la socia y su marido, y el cocinero -al que sólo se le permitía sentarse a la mesa el 31 de octubre- no volverían a verse jamás. La […]

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CUENTOGRAFÍAS »

Pies

Pies

Todos los pies de bebé son iguales. Puedes pensar que es así, que cualquier pie es un pie cualquiera. Más aún si eres el bebé de la foto, que aún no ha puesto un pie en la tierra. Es el paso del tiempo, piensas, de nuestro caminar aquí y allá, lo que va diferenciando...

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Satélites y empotradores

Satélites y empotradores

“Me encantan las mujeres bonitas automáticamente. Las veo y las comienzo a besar. Cuando eres una celebridad te dejan hacer lo que quieras. Puedes agarrarlas por el c0ño”. La frase la pronunció Donald Trump. Tres meses después fue elegido presidente de los Estados...

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Irremediablemente tuyo

Irremediablemente tuyo

Pequeño Andrés: Te escribo desde el futuro. A medio camino entre el intento de madurito sexi que eres y el viejo verde que algún día (qué remedio) tendremos que llegar a ser. Hoy, en 2023, cumplimos 42 años, así que aparta toda esa horrible ansiedad que te...

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Una justa acusación

Una justa acusación

La frase de la fotografía podría ser, sin contexto y con el gran mercado que hoy es el mundo, cualquier cosa. Así, sin más información, sólo podemos deducir que la escribió alguien que estaba molesto y que manejaba mejor el inglés que el modo imperativo del...

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Ingrid y Humphrey

Ingrid y Humphrey

Afortunadamente, amigos, perdí esas gafas días después en cualquier cafetería de La Provenza. Mi vida mejoró desde entonces. Dicho esto. El mozuelo de la foto soy yo mismo. No me voy a castigar calculando la edad, pero sabemos que es a la que deberías estar pasándote...

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¿Vacío?

¿Vacío?

Os iba a contar que el banco de la foto está, en realidad, vacío. Quizás en otro banco cualquiera podríamos ver una persona, pero en este de la foto no. Aunque parezca que estoy sentado sobre él, son las características del propio banco las que lo vacían de contenido....

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COLUMNAS DE OPNIÓN »

El periodismo, cuestión de dogma

Supongo que hubo un tiempo de golpes sobre máquinas de escribir, botellas de whisky en los cajones y colmillos afilados. De olor a humo y a cuerpos sucios en camisas de días desdoblados. De gente astuta y con pluma original. Más o menos sutil, pero original. Me han contado que ir a una redacción y tratar ésto o aquello con los que golpeaban las teclas daba pavor. Que uno no sabía si estaba empeorando o no las cosas mientras les hablabas y te miraban entre el humo del tabaco cómo preguntándose quién narices eras tú para poner en duda lo que habían escrito de ti. En algún momento ─esto también lo supongo─ debías dudar de cuánto sobre ti sabían. Tal vez más que tú mismo. He leído que se equivocaban o podían equivocarlos ─eso siempre pasó─, pero que jamás mentían ni daban un paso en falso. Había quién manipulaba, claro, siempre los hubo, pero también había reglas: lo hacían por beneficio personal o por el de la profesión. No había terceros. No dependían de nadie. Periodistas que vivían...

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Un poco gilipollas

Es raro, pero el otro día me confundieron con Andrés Cardenete. Yo estaba comprando agua en el supermercado y la cajera me contó que me parecía muchísimo a un periodista que trabajó en la radio de su pueblo, Linares. “El periodista”, continuó, “se llama Andrés Cardenete”. Iba a sacarla de su error y a decirle que yo era la persona a la que se refería, pues me llamo Andrés Cardenete, soy de Linares y trabajé más de diez años en la SER; pero, antes de que pudiera hablar, la mujer concluyó con un: “era un poco gilipollas”. Así que me di cuenta de que ese tal Andrés Cardenete no podía ser yo. Definitivamente me había confundido con otro. Así que pagué y me fui, no sin cierta sensación de huída. Di algunas vueltas en la cama aquella noche. Me preocupaba que hubiese alguien por ahí haciéndome quedar mal. Tal vez, además de la cajera, más personas me confundían con ese otro Andrés Cardenete que era “un poco gilipollas”. Finalmente caí rendido, con cierta sensación febril. Soñé que iba por...

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Sólo un espejismo

Este verano se ha puesto de moda entre los ciudadanos de la clase media subirse un rato a un barco y hacerse fotos de los pies en la proa. Digo subirse un rato porque el barco lo alquilarán, supongo.. Me pasa con la clase media que la confundo con la trabajadora. Yo me veo a mí mismo enseñando en el aula o a un electricista tirando cable o a un ‘personal shopper’ asesorando y sé que somos clase trabajadora porque si no enseño, no tiran cable y no asesoran, no podemos pagar la luz, el agua, el colegio de los niños ni los barcos en verano para fotografiarnos los pies. Caemos en lo que ahora llaman “márgenes de la pobreza”. Sea lo que eso sea. Siempre que pienso en esto, me acuerdo de una cosa muy macabra que pasa con los canarios condenados a vivir en jaulas. O tal vez sea con los periquitos. O con ambos, vete a saber. Se trata de limpiar conciencias introduciendo un espejo en su jaula. De esta manera, el canario —o el periquito, tal vez— al verse en el espejo y cantarse a sí mismo se...

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Cuestión de espacio-tiempo

Ahora que ya ha pasado os lo cuento.Mi inquina con la Semana Santa es una cuestión de tiempo. A mí ser penitente me descuadró la vida. Resulta que yo hasta los diecisiete pasé cada tarde de Domingo de Ramos de procesión en la calle, no porque nadie me preguntara si me apetecía, sino porque mi familia estaba metida hasta las trancas en una Cofradía. Estar de procesión es un eufemismo para decir “estar quieto hasta el tedio”, porque nada en la vida avanza más lento que un Cristo. Da igual que sea llevado por ruedas o por costaleros. Nuestro paso titular representaba la última cena, con Jesús y sus doce apóstoles a escala real. Recuerdo que un día aproveché que los adultos estaban entretenidos con sus cosas para subirme al trono y tomarme mi bocadillo de mortadela sentado a la mesa junto a San Mateo. Fue una velada de lo más amena. Menos mal que me fui antes de que llegasen los romanos.El caso es que ese trono pesa siete toneladas y se desplaza a ruedas sobre el chasis de un cañón...

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Simulad

Día de Reyes. Me he levantado y no había más regalo que mi jeta dando vueltas por la casa. No hay dolor, era lo previsto. Por eso hace días, y para rellenar el vacío, me compré un equipo de sonido 5.1. Lo probé anoche y resulta que las cosas que tenían que sonar por el altavoz de la derecha, sonaban por todos los altavoces; y lo mismo con el resto. Cuando leí las instrucciones me enteré de que en realidad prometían un Dolby Surround simulado. Simulado, ojo. Hay que tener la cara mas dura que las pezuñas del camello de Baltasar. El caso es que me acosté tarde y decepcionado, pero las ánimas benditas, o más bien la otitis con la que lidio desde hace semana y media, decidieron despertarme a las nueve y media de la mañana. Me sorprendió un mensaje en el móvil que me recordaba que en media hora tenía yo que estar jugando al pádel en una suerte de evento en el que juegas con gente que no conoces, y vas cambiado de pareja (¡sexi!) según ganes o pierdas; de esta manera no sólo mejoro mis...

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Moscas

Asistía desde mi sofá al penúltimo esperpento político cuando una mosca cualquiera se me pasó por la cabeza. La mosca, ya sea aquella u otra, vive poco más que un verano. O que un período electoral. El frío del otoño suele sorprenderla como la luna sorprende al sol cuando, caprichosa, se asoma al cielo en la claridad de la tarde. Con la diferencia de que para ella –la mosca, digo– el susto la deja boca arriba, sobre el mueble del televisor y con las patas estiradas hacia el techo. Vivir sólo un verano. Eso parece muy triste. La mosca parece desilusionada la mayor parte del tiempo. Vuela por aquí, va para allá y, cuando menos te lo esperas, está allí. Siempre buscando una excusa con la que dar por bueno su verano. Es cierto que a veces encuentra algo que la ilusiona. Un excremento, las sobras de pella del domingo, un trozo de pimiento en la encimera. Por fin su vida parece tener un sentido. Pero la magia pimiento-mosca desaparece en menos de un minuto y ella vuelve a su natural estado...

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