¿Estás seguro de que quieres saber quién soy? ¿Vas a formar parte de esta historia?

Piénsalo bien.

Tal vez luego tenga que matarte.

tú sabrás…

No. No voy a matarte. Era coña, no soy un asesino. Aquí va la información sobre mñi que nadie me pidió:

En casa preferían un médico o un abogado, pero en la ecografía salía un periodista. Supongo que el capítulo más trascendental de mi vida fue en el que aprendí a escribir. Aquello marcó el resto.

Cuando calzaba nueve años ya golpeaba torpemente las teclas de una vieja Olivetti que mi padre conservaba en su despacho y que daría algún órgano interno por recuperar, pues se extravió en algún rincón del mundo. Con ella emulaba las historias de Tintín o de Los cinco e imaginaba mis primeras aventuras. Fui un niño feliz.

Con los años acabé la carrera de Periodismo, bla bla bla y otros méritos aburridos que no interesan una mierda.

Aquí escribo sin ataduras ni complejos y con la misma torpeza que aquel niño de nueve años que aporreaba las ruidosas teclas de aquella vieja y perdida Olivetti.

Si en algún momento te gusta lo que lees o sabes dónde está la Olivetti, suscríbete. Te mandaré lo que escriba por correo. Si me acuerdo, porque soy bastante despistado, la verdad. 

😉