Un yo
En casa preferían un médico o un abogado, pero en la ecografía salía un periodista. Supongo que el capítulo más trascendental de mi vida fue en el que aprendí a escribir. Aquello marcó el resto.
Cuando calzaba nueve años ya golpeaba torpemente las teclas de una vieja Olivetti que mi padre conservaba en su despacho y que daría algún órgano interno por recuperar, pues se extravió en algún rincón del mundo. Con ella emulaba las historias de Tintín o de Los cinco e imaginaba mis primeras aventuras. Tuve suerte: fui un niño feliz.
A los veintidós acabé la carrera de Periodismo. Trabajé en distintos medios del Grupo PRISA, principalmente en la Cadena SER. Cuando era jefe de informativos, decidí abandonar. Los corsés de las injerencias políticas y las servidumbre de la profesión no eran para un idealista como yo.
Seguí dedicándome a escribir para empresas de publicidad, de marketing, para partidos políticos. Fui lo qeu quise. Y lo sigo siendo: en 2021 aprobñe a la primera unas oposiciones que me permitieron enseñar lo que me apasiona, lengua y literatura.
Aquí escribo sin ataduras ni complejos y con la misma torpeza que aquel niño de nueve años que aporreaba las ruidosas teclas de aquella vieja y perdida Olivetti.
Si en algún momento te gusta lo que lees o sabes dónde está la Olivetti, suscríbete. Te mandaré lo que escriba por correo. Si me acuerdo, porque soy bastante despistado, la verdad.
😉


Un yo
En casa preferían un médico o un abogado, pero en la ecografía salía un periodista. Supongo que el capítulo más trascendental de mi vida fue en el que aprendí a escribir. Aquello marcó el resto.
Cuando calzaba nueve años ya golpeaba torpemente las teclas de una vieja Olivetti que mi padre conservaba en su despacho y que daría algún órgano interno por recuperar, pues se extravió en algún rincón del mundo. Con ella emulaba las historias de Tintín o de Los cinco e imaginaba mis primeras aventuras. Tuve suerte: fui un niño feliz.
A los veintidós acabé la carrera de Periodismo. Trabajé en distintos medios del Grupo PRISA, principalmente en la Cadena SER. Cuando era jefe de informativos, decidí abandonar. Los corsés de las injerencias políticas y las servidumbre de la profesión no eran para un idealista como yo.
Seguí dedicándome a escribir para empresas de publicidad, de marketing, para partidos políticos. Fui lo qeu quise. Y lo sigo siendo: en 2021 aprobñe a la primera unas oposiciones que me permitieron enseñar lo que me apasiona, lengua y literatura.
Aquí escribo sin ataduras ni complejos y con la misma torpeza que aquel niño de nueve años que aporreaba las ruidosas teclas de aquella vieja y perdida Olivetti.
Si en algún momento te gusta lo que lees o sabes dónde está la Olivetti, suscríbete. Te mandaré lo que escriba por correo. Si me acuerdo, porque soy bastante despistado, la verdad.
😉