Simulad

por | Ene 6, 2023 | Columnas

Día de Reyes. Me he levantado y no había más regalo que mi jeta dando vueltas por la casa. No hay dolor, era lo previsto. Por eso hace días, y para rellenar el vacío, me compré un equipo de sonido 5.1. Lo probé anoche y resulta que las cosas que tenían que sonar por el altavoz de la derecha, sonaban por todos los altavoces; y lo mismo con el resto. Cuando leí las instrucciones me enteré de que en realidad prometían un Dolby Surround simulado. Simulado, ojo. Hay que tener la cara mas dura que las pezuñas del camello de Baltasar.

El caso es que me acosté tarde y decepcionado, pero las ánimas benditas, o más bien la otitis con la que lidio desde hace semana y media, decidieron despertarme a las nueve y media de la mañana. Me sorprendió un mensaje en el móvil que me recordaba que en media hora tenía yo que estar jugando al pádel en una suerte de evento en el que juegas con gente que no conoces, y vas cambiado de pareja (¡sexi!) según ganes o pierdas; de esta manera no sólo mejoro mis torpes habilidades deportivas, también mis escasas habilidades sociales.

Allí había una chica que de primeras me hizo tilín, con lo difícil que es que a mí me pase eso. ¿Nos hemos cruzado en algún partido? No. ¿Hemos cruzado nuestras miradas? Pues tampoco. ¿He levantado acaso mi ceja mientras le pasaba un papel con mi teléfono? Pues ya sabéis que no. En cambio, error en Matrix, me encuentro con que voy a tener de compañero a un señor mayor que juega al pádel con un sombrero de cowboy (con cuerdecilla barbillera y todo) y que, además, se llama Homero; ¿qué otro nombre puede tener alguien que juega al pádel a lo John Wayne? Y yo no sé si Homero es el hombre más rápido al sur de Dickensy Way, Arizona, pero jugando al pádel no da una.

¿Por qué os cuento todo esto? Pues no lo sé. Supongo que quería contaros que la vida, como mi Homecinema, se os puede convertir un viernes por la mañana cualquiera en una jodida simulación: Matrix se hace la picha un lío y acabas jugando al pádel con John Wayne.

Ojalá los reyes os hagan muy felices con vuestros regalos. Y si no, ya sabéis, simulad que funciona.

SOBRE MÍ

SOBRE MÍ

En casa preferían un médico o un abogado, pero en la ecografía salía un periodista. Supongo que el capítulo más trascendental de mi vida fue en el que aprendí a escribir. Aquello marcó el resto.

Cuando calzaba nueve años ya golpeaba torpemente las teclas de una vieja Olivetti que mi padre conservaba en su despacho y que daría algún órgano interno por recuperar, pues se extravió en algún rincón del mundo. En ella emulaba las historias de Tintín o de Los cinco e imaginaba mis primeras aventuras.

Con los años acabé la carrera de Periodismo y logré vivir de escribir, ya sea relatando los sucesos reales que contábamos a los oyentes en la SER, en columnas de opinión de periódicos y blogs o como redactor creativo en agencias de publicidad.

Mi relato Stari Most fue premiado como finalista del Certamen Entrelibros y he publicado otro libro de relatos llamado Púgiles de tinta que se encuentra en período de reedición de cara al lanzamiento de su segunda edición.

Aquí escribo sin ataduras ni complejos, con la misma ilusión -y a menudo torpeza- que aquel niño de nueve años que aporreaba las ruidosas teclas de aquella vieja y perdida máquina de escribir.

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