Un poco gilipollas

por | Sep 18, 2023 | Columnas

Es raro, pero el otro día me confundieron con Andrés Cardenete. Yo estaba comprando agua en el supermercado y la cajera me contó que me parecía muchísimo a un periodista que trabajó en la radio de su pueblo, Linares. “El periodista”, continuó, “se llama Andrés Cardenete”. Iba a sacarla de su error y a decirle que yo era la persona a la que se refería, pues me llamo Andrés Cardenete, soy de Linares y trabajé más de diez años en la SER; pero, antes de que pudiera hablar, la mujer concluyó con un: “era un poco gilipollas”. Así que me di cuenta de que ese tal Andrés Cardenete no podía ser yo. Definitivamente me había confundido con otro. Así que pagué y me fui, no sin cierta sensación de huída.

Di algunas vueltas en la cama aquella noche. Me preocupaba que hubiese alguien por ahí haciéndome quedar mal. Tal vez, además de la cajera, más personas me confundían con ese otro Andrés Cardenete que era “un poco gilipollas”. Finalmente caí rendido, con cierta sensación febril. Soñé que iba por una enorme calle llena de cientos —tal vez miles— de versiones de mí mismo. Todos esos Andrés Cardenete tenían un aspecto físico idéntico al mío, pero al verlos, no sé cómo, podía identificar a los que eran más o menos gilip0IIas; pero también más o menos alocados, más o menos sensatos, más o menos bondadosos, más o menos divertidos. Tras mucho buscar y preguntarme a mí mismo, logré dar con el Andrés Cardenete que era “un poco gilipollas”.

—Me confunden contigo, ¿podrías dejar de ser así? —le pregunté.
—¿Así cómo? —contestó con mi mismo timbre y tono de voz, pero con unos aires un poco gilipollas.
— Así de gilipollas.
— ¿Y quién no lo es? ¿No lo somos todos a veces? ¿Acaso tú no lo eres?

En ese instante me di cuenta de que no estaba soñando, sino despierto frente al espejo de mi dormitorio. Habrá que aceptar que allá en otras mentes existen versiones de uno mismo que los demás fabrican tal y como nos ven y nos piensan. Otros Andreses Cardenete que otros sí conocen, aunque yo no tenga el gusto.

SOBRE MÍ

SOBRE MÍ

En casa preferían un médico o un abogado, pero en la ecografía salía un periodista. Supongo que el capítulo más trascendental de mi vida fue en el que aprendí a escribir. Aquello marcó el resto.

Cuando calzaba nueve años ya golpeaba torpemente las teclas de una vieja Olivetti que mi padre conservaba en su despacho y que daría algún órgano interno por recuperar, pues se extravió en algún rincón del mundo. En ella emulaba las historias de Tintín o de Los cinco e imaginaba mis primeras aventuras.

Con los años acabé la carrera de Periodismo y logré vivir de escribir, ya sea relatando los sucesos reales que contábamos a los oyentes en la SER, en columnas de opinión de periódicos y blogs o como redactor creativo en agencias de publicidad.

Mi relato Stari Most fue premiado como finalista del Certamen Entrelibros y he publicado otro libro de relatos llamado Púgiles de tinta que se encuentra en período de reedición de cara al lanzamiento de su segunda edición.

Aquí escribo sin ataduras ni complejos, con la misma ilusión -y a menudo torpeza- que aquel niño de nueve años que aporreaba las ruidosas teclas de aquella vieja y perdida máquina de escribir.

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